Carente de los necesarios recursos en combustibles fósiles la actual UE debe responder, para el mantenimiento de su papel protagonista en la economía mundial, al reto de asegurar su capacidad de autoabastecimiento dentro de una grave situación de dependencia energética. Como ha puesto de relieve la guerra en Ucrania de 2022, la UE ha debido enfocar las relaciones energéticas exteriores limitando las actuaciones aisladas de los Estados miembros y fomentando la cooperación internacional, proponiendo instrumentos concretos sobre cómo deberían negociar, muchas veces en situación de inferioridad, con interlocutores energéticos que usan esa materia prima básica de la economía como arma económica y política. La dependencia de la economía europea de la energía, junto con la escasez de recursos naturales, contribuyen a la vulnerabilidad de la industria, ponen en cuestión su competitividad y amenazan con que la energía nuclear puede volver a ocupar un papel protagonista.
La presente obra, estructurada en dos partes, recoge las cuestiones actuales a las que se enfrenta el Derecho de la energía europeo. En la primera parte se analizan los cambios en el sector energético internacional desde la óptica de la situación actual y del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las Naciones Unidas a través del binomio «energía y cambio climático» con especial hincapié en la justicia climática. Seguidamente se estudia la política energética de la Unión Europea, con especial atención al Tratado de la Carta Europea de la Energía (y las consecuencias de su denuncia) y sus relaciones con otros instrumentos convencionales, así como los contenciosos arbitrales derivados de las inversiones energéticas y la posición de la Unión europea.