El paradigma de la libertad de circulación de inversiones se encuentra en estos momentos sometido a creciente reevaluación en muchos países del mundo, tanto menos desarrollados como, y ésta es la novedad, desarrollados. Ello se refleja, entre otros extremos, en la tendencia a incluir en la normativa nacional mecanismos de evaluación, control y -eventualmente- limitación de los flujos inversores provenientes de determinados países o destinados a concretos sectores de la economía nacional considerados estratégicos. En muchas ocasiones estos mecanismos se articulan sobre nociones vinculadas a la idea de seguridad nacional, a la protección de los intereses esenciales de seguridad del Estado y similares. Nociones tan grandilocuentes como poco claras, que otorgan a los diversos Estados una gran discrecionalidad a la hora de controlar estos flujos.
Este recurso creciente a los sistemas de screening de las inversiones extranjeras conlleva adicionalmente un cambio de perspectiva a la hora de abordar la inversión foránea. Frente a una posición focalizada en la fase posterior a la realización de la inversión, muy vinculada a las soluciones recogidas en el entramado de APPRIs y acuerdos de libre comercio que incorporan normas en materia de inversión y, con ello, al recurso al arbitraje de inversiones. Se busca ahora controlar la inversión antes de que se haya producido atendiendo a criterios tales como su origen, naturaleza, destino o cuantía.
El libro aborda el actual marco normativo internacional en el ámbito de las inversiones extranjeras analizando seguidamente la práctica desarrollada en el marco del GATT/OMC en relación con la protección –ex post- de las inversiones extranjeras. A partir de ahí se analiza el cambio de tendencia favorable al diseño de mecanismos de control –ex ante- de las inversiones foráneas, y las condiciones y exigencias teóricas que deberían acompañar a todos estos mecanismos. Esta aproximación teórica se coteja con la realidad de los distintos modelos de control existentes en la EE.UU., Canadá, Australia, República Popular China, Alemania, Francia e Inglaterra. Así como de los trabajos que en estos momentos está desarrollando la UE con vistas a incorporar un sistema de control de las inversiones extranjeras directas por motivos de seguridad nacional.
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