En los últimos años, el neoconservadurismo se ha convertido en un concepto clave para entender la política exterior de los EE.UU. y, en consecuencia, para analizar el propio devenir de las relaciones internacionales de la primera década del siglo XXI. El 11-S, la guerra de Afganistán y especialmente la guerra de Irak han situado al neoconservadurismo en el primer plano del debate político internacional. Nos hallamos ante un movimiento político y una concepción teórica que ha desempeñado un papel crucial en la formulación e implementación de la política exterior de la primera superpotencia mundial en un periodo reciente marcado por la alta conflictividad internacional y por la máxima securitización de la agenda.