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Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales

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Ortega Giménez, A. (dir.), "Arte y Derechos Humanos"

Arte y Derecho pueden resultar a priori disciplinas esencialmente opuestas. Mientras que la primera, el Arte, evoca conceptos como creatividad, belleza y emoción; la segunda, el Derecho, despierta sensaciones de rigidez, firmeza y frialdad. No obstante, la realidad es muy diferente, y lo legal convive en el mundo de las musas de manera cotidiana en lo que se conoce como Derecho del arte.

La emoción espiritual que supone el estudio de la esencia íntima del Derecho, inagotable y excelsa fuente de vida, y la emoción real del roce con la obra bella, con el Arte mismo. Un Arte que —como decía ORTEGA— no es cosa usadera, normal y de hora fija. Y el Derecho, que no es, ni más ni menos, que esa fuerza libre «que ayuda al hombre en su camino fatigoso que asciende de la tierra al cielo» .
Estudiar Derecho y Arte es atacar desde dos lados diversos el mismo problema, bajo el perfil de la función y la estructura. «El Arte, como el Derecho, sirven para ordenar el mundo. El Derecho, como el Arte, tienden un puente desde el pasado al futuro». Eterna hermosura del Derecho que nos arrastra a atacar un problema sin solución, sin principio ni fin, lleno de peligro y dificultades; pero hermoso, en el que juegan y se entrecruzan con raíces profundas, de tierra y vida, los conceptos de lo bello, lo justo, lo verdadero y lo bueno.

Es posible imaginar, pues, que el Derecho tiene su poesía, su belleza, su arte, su lenguaje, y que el Arte o la poesía tiene su Derecho, su justicia, su orden, su ley.
Derecho y Arte ordenan el mundo; pero no sólo lo ordenan, sino lo enriquecen. El poeta que canta la naturaleza o el artista que crea su obra no hacen sino ejecutar con sus leyes ese enriquecimiento. Así también el legislador que ordena o el magistrado que juzga enriquecen al mundo de bien, de justicia, de verdad.

Por tanto, Derecho y Arte coinciden en ese enriquecimiento humano a través de sus normas buscando Justicia en las relaciones humanas y Belleza como esplendor del orden creado. Y el jurista interpreta el Derecho para ser justo y el artista interpreta su arte para conseguir algo bello. Uno y otro crean Derecho y Arte.

Y es en este contexto jurídico-artístico donde subyacen los Derechos Humanos. Existe una vinculación que desde la Grecia clásica han tenido las consideraciones morales sobre los seres humanos en sociedad y las manifestaciones artísticas que los mismos han creado para dignificar y significar los logros alcanzados por la humanidad en el transcurso del tiempo. Los Derechos Humanos se asientan sobre la base de principios éticos fuertemente arraigados en la cultura universal. Y esos principios éticos han sido trasladados a innumerables obras artísticas suponiendo, éstas, el auténtico develamiento de la verdad de los Derechos Humanos y del sujeto de los mismos: las víctimas.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), que cumple su 75º Aniversario, es un documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos. Elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, la Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su (Resolución 217 A (III)) como un ideal común para todos los pueblos y naciones. La Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas. La DUDH es ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de manera permanente a nivel mundial y regional (todos contienen referencias a ella en sus preámbulos).

Arte y Derechos Humanos pretende hacer reflexionar sobre los valores y actitudes que hacen posible la convivencia y la paz entre las personas. Se busca, a través del Arte transferir a la sociedad el conocimiento sobre la DUDH y la propuesta es hacerlo a través de la relación entre el articulado de la DUDH y diferentes obras de arte pictóricas, con la idea de promover mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y tratar de asegurar su reconocimiento y aplicación universales y efectivos.

Presentamos, en definitiva, de una herramienta útil y práctica para el fomento del conocimiento y respeto a los derechos humanos entre todos los estamentos de la sociedad; y lo hacemos desde el Arte.

 

Ficha del libro

Miembro de la AEPDIRI: Alfonso Ortega Giménez

Editorial: Colex

Año de publicación: 2023

ISBN: 978-84-1194-224-9

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